El Propóleo y sus flavonoides, provocan una intensa irrigación en el cuero cabelludo, ayudando a combatir la caída del cabello. La naturaleza ligeramente ácida de la miel equilibra el cuero cabelludo luchando contra la caspa. La miel es naturalmente antibacterial y antimicótico, y ayuda a tratar infecciones bacterianas y problemas fúngicos en el cuero cabelludo. La miel no elimina los aceites protectores del cabello, como resultado, el pelo estará menos aceitoso con el tiempo debido a que el cuero cabelludo no tendrá que producir más aceite de lo necesario para compensar (lo que hacen los shampoos tradicionales quimicos). La miel también hidrata el cabello, y ya que, respeta los aceites naturales de este, se torna más suave y con menos frizz.